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Hoy en día, la mayoría de las páginas web se visualizan desde distintos dispositivos, y para buen visionado de las mismas es necesario usar un diseño web adaptativo o responsive. Este diseño se ha conseguido gracias a la introducción de las media queries en CSS3, con las que se ejecutan una serie de ordenes en función de las distintas resoluciones de pantalla, pero en todo momento se mantiene la misma estructura HTML de la página web.

Esta forma de diseño pretende que con único diseño web todo se vea perfecto en cualquier dispositivo.

La navegación por Internet ha evolucionado y cada vez se consumen más contenidos desde dispositivos móviles con distintos tamaños de pantalla, y esto ha generado la necesidad de adaptar la navegación web a cada uno de estos formatos.

Gracias al diseño responsive se crea una sola versión en HTML y CSS que puede cubrir los distintos tamaños de pantalla, mejorando con ello la experiencia de usuario y reduciendo los costes a la hora de diseñar las páginas web. Además, gracias a este diseño totalmente adaptable ya no hay que diseñar aplicaciones especificas para cada sistema operativo y en la mayoría de los casos se puede aprovechar la versión web.

El SEO (posicionamiento en buscadores) mejora al tener una única web, con una sola URL, ya que se evitan las múltiples redirecciones que pueden dar lugar a errores de indexación. También se evitan errores a con los links sociales, da igual desde que dispositivo se copia un enlace y se comparte, pues todos llevan a la misma página web. Sin olvidarnos por supuesto que Google puntúa mejor las web con un diseño responsive, ya que valora la facilidad de uso que puedan tener los distintos usuarios desde distintos dispositivos.